TEXTO: MARILÓ HIDALGO - FOTO CEDIDA POR V. SENDÓN - REVISTA FUSIÓN (www.revistafusion.com)
Estudió los dos últimos cursos de la carrera en un sólo año para salir cuanto antes de aquella Universidad. "Estábamos en época del Franquismo y mi facultad era un espanto. El que no era cura, era del Opus Dei o falangista de esos que llevaban la camisa azul puesta todo el día". Victoria se define como filósofa alternativa, "underground" como se dice ahora, y eso en aquellos tiempos era peligroso. Quizá por ello se refugió durante unos años en las aulas del instituto donde impartía clases. Desde siempre su debilidad ha sido polemizar con todo el pensamiento estereotipado: "Creo que hay que darle la vuelta a todo esto para descubrir las mentiras que nos han vendido como 'realidad' y encontrar una nueva lógica, un nuevo sentido a la vida donde la mujer sea la clave porque es la representante de la Diosa-Madre-Tierra primigenia". Escribe, da conferencias, elabora documentales para televisión, viaja... y sigue buscando.
-En tu artículo "La mujer y lo Sagrado" comentas que la mitología relativa a lo femenino ha sido totalmente pervertida y negada por la cultura patriarcal. Desde cuándo y para ocultar qué.
-Buena pregunta, como dicen los políticos. Existe una etapa anterior a la arqueología y comprobada científicamente, en la que se han descubierto sociedades no bélicas, igualitarias, solidarias -donde no existían armas- y que rendían culto religioso a la Gran Diosa-Madre de la Tierra. Se dedicaban a la agricultura, artesanía, arte, comercio... eran ya ciudades neolíticas. Cinco mil años antes de Cristo tuvo lugar una invasión en toda Europa de tribus patriarcales, guerreras, nómadas, sociedades básicamente de dominación procedentes de la zona euroasiática. Poco a poco invadieron el sur de Europa hasta llegar a Creta, el último reducto de ese modelo de sociedad matriarcal. Primero fue por la fuerza, pero la historia ha demostrado que la dominación sólo por la fuerza no pervive, así que lo siguiente fue cambiar la cultura, las creencias, los mitos, todo el orden simbólico: las diosas se convirtieron en dioses. Y hay una cosa muy curiosa, después de esto transcurren mil años de los que no se conoce absolutamente nada, se les denomina los "siglos oscuros". Hasta que aparece un "nuevo mundo" con unos dioses impuestos, sociedades basadas en la dominación, donde la mujer es relegada y obligada al sacrificio y a la sumisión total. Las armas serían el matrimonio y la familia patriarcal. La misma palabra familia, significa grupo de esclavos, hijos y mujeres al mando de un patriarca. Ahí empieza la llamada "dominación simbólica", dominación asumida inconscientemente que se ha perpetuado de generación en generación.
-¿Aquellas sociedades bélicas tuvieron miedo de las sociedades matriarcales?
-Estoy convencida, aunque científicamente es difícil de demostrar. Pero si miras a la historia existe un componente de miedo ante las mujeres con poder, por eso se las ha tachado de brujas o magas y se las ha quitado del medio. Igual que los malos tratos tienen mucho que ver con la inseguridad del propio varón ante el despertar y el predominio de la mujer, y no como consecuencia de esa tontería que dice la Conferencia Episcopal de la liberación sexual. Cuando estudias los mitos, ves que en los femeninos existen dos versiones, una anterior a la dominación y otra posterior. Las grandes diosas pasaron a formar parte del Olimpo de los dioses. ¿Desde cuándo Atenea ha nacido de la cabeza de Zeus? Atenea era la diosa de la serpiente que luego fue transformada en lo que conocemos.
-¿Por qué relacionas a la mujer con lo Sagrado?
-En la antigüedad existían religiones que estaban muy unidas a la naturaleza, conocían sus leyes, se adaptaban a ellas y las utilizaban. ¿Qué mejor representante de la naturaleza que una Diosa Madre, la Madre Tierra? Aquí, lo divino es inmanente, es decir, podemos ser cualquiera de nosotros. El acontecimiento más sagrado es dar a luz a un nuevo ser y en eso, la mujer es fundamental. Es la única que puede crear vida. Así que cuando llegan las "otras religiones", lo primero que hacen es separar a la mujer de la naturaleza y le dicen: "dominarás la tierra"... ¡Pero si no tenemos que dominar nada! Somos Tierra porque somos representantes de esa Diosa Madre, y eso abarca muchas más cosas.
-¿Cómo se descubre esto?
-Hablamos de lo Sagrado que va unido a la vida, a la realidad cotidiana. Algo que no tiene que ver con las religiones. Se trata de encontrar el sentido de la vida, la dimensión sagrada que tiene.Estoy obsesionada con el Mito de la Caverna de Platón, que es como la película de Matrix. Nosotros estamos en un mundo que creemos que es lo real, cuando es prefabricado, donde además nos han vendido cómo lo tenemos que vivir, enfocar y pensar. Hemos perdido el sentido de la vida y sólo nos queda la supervivencia. ¿Qué es sobrevivir en este mundo? Pues hipotecar tu vida para comprar un piso, coche, etc. Te hacen ver que ésta es tu realidad y tenemos que salir de aquí, de esta caverna, de este Matrix para poder encontrar lo real. Pero al mismo tiempo, para que podamos vivir sin rechistar en medio de todo esto, no sólo nos han ofrecido mercancías sino también subjetividades: un modo de pensar, actitudes para estar en este mundo, etc. ¿Cómo nos crean estas subjetividades? Pues a través de los medios de comunicación que nos lavan el cerebro continuamente para que nos encontremos a gusto.
-¿Cómo conectar con esa realidad?
-Hay que dar la vuelta a todo, encontrar las mentiras, las falsedades, los engaños la dominación que ejercen continuamente sobre nosotros: felicidad, consumo, fama, bienestar, progreso, dinero... y encontrar una nueva lógica que nos ayude a desvelar el sentido oculto de lo que nos están vendiendo para encontrar un nuevo sentido a un nuevo orden de civilización. Salir de la Caverna es la nueva dimensión de lo Sagrado que exige actitudes nuevas, interiores, que den al traste con lo establecido.
-Es curioso que coincidan en este momento libros y películas a la hora de reflejar estos dos mundos: el que nos venden como real y el auténtico que en realidad está oculto.
-¿Sabes por qué? Porque creo que estamos cerca de vivir un profundo cambio. Esto que nos rodea no se puede mantener mucho más porque ha empezado su decadencia y puede venirse abajo en dos minutos. Pero este cambio sería muy fuerte. Hablamos de un cambio que debe de realizarse hacia algo que no existe, y esto es muy fuerte. Todas estas coincidencias de las que hablas se producen porque creo que no existe un pensamiento individual, sino que hay algo ahí, que si tú tienes las antenas preparadas, captas. Se intuye algo muy fuerte, y hay muchas señales. Y todo este cambio provocará en las mujeres un detonante que haga saltar por los aires esa dominación simbólica que aún tenemos -como intentar meternos en una talla 36-. Todo esto terminará cuando la mujer se encuentre con lo Sagrado, el auténtico sentido de la vida.
-Dices que el ser humano es un conjunto de símbolos cifrados y que la mujer debería descubrir su propio código secreto porque el que le han enseñado ha sido impuesto por el orden patriarcal.
-He estudiado mucho cómo eran en el origen los arquetipos femeninos y es impresionante ver cómo le dieron la vuelta a todo. Las diosas eran poderosas, independientes, benéficas. Bajo los signos patriarcales pasan a ser maléficas, supeditadas a un dios y sometidas al ridículo -el método más fácil para desprestigiar a alguien-. Esas claves primigenias están dentro de cada una de nosotras y aún no las conocemos: fuerza, capacidad, potencial, inteligencia, poder. Para descubrirlas tenemos que quitarnos de encima la inseguridad y potenciar al máximo la creatividad. Con ella podríamos comernos el mundo como un sandwich.
-Hablando de símbolos, contrapones el mito del Falo con el mito del Santo Grial que lo aproximas a lo femenino. ¿Qué es en realidad?
-Existen mitos que están en nuestro inconsciente y que van tomando distintas formas a lo largo de la historia. Este Grial era el antiguo caldero donde se hizo el mundo, donde la Madre Tierra de algún modo gestó el mundo. Es el vientre que luego pasó a ser el caldero de las brujas -mujeres sabias que conocían los misterios de la naturaleza-, y que pronto fue destruido por el conocimiento de curas, teólogos, médicos... El caldero es el vientre de la Diosa, la Madre de donde surgen todos los seres vivos. Y como todo eso es temido por la cultura patriarcal pues primero lo subliman, "Santo Grial", "copa de Cristo"; luego se hace inalcanzable: clave de la sabiduría, inmortalidad; y por último, se convierte a todo ello en masculino. En el fondo están dejando patente que la clave de todo está ahí, en el caldero, en el vientre, en la mujer.
-¿Por qué hablas de "la genoma" en lugar de "el genoma"?
-Está demostrado científicamente que el cromosoma Y aparece mucho más tarde en el proceso evolutivo y es una adaptación al medio. Creo que las raíces del miedo masculino son tan profundas que podrían encarrilarse en este sentido: es un ser supernumerario, es decir, no fundamental como contraposición a lo femenino. He pensado que esa necesidad de dominación, le vendría precisamente de esa intuición que arraiga en lo más profundo de sí. Lo femenino es muy fuerte y no hay que olvidar que todos los fetos son femeninos hasta los ocho meses.
-¿Y dónde crees que reside el auténtico poder de la mujer?
-Precisamente en eso, en ser mujer. Primero tiene el poder de engendrar, luego la decisión sobre ello. Pero además tiene otros poderes que si no los desarrolla no existen: intuición, comprensión distinta del mundo unida a la naturaleza, etc.
-¿Por qué la mayoría de las culturas han temido la sexualidad de las mujeres y han intentado tapar esto con la moral, las normas o el pecado?
-La sexualidad del hombre es compulsiva, puntual. La de la mujer es difusa, con muchas zonas erógenas, extensiva... Hay que dar la vuelta a la tortilla y el hombre debe aceptar su virilidad en base a sus posibilidades, con sus límites, y no intentar suplir eso con el culto al músculo, la fuerza, las guerras, la competición...
Victoria Sendón continúa hablando apasionadamente de la historia oculta tras la Historia. Del auténtico génesis femenino grabado en el interior de cada mujer a la espera de ser descubierto. "Nosotras mismas somos un mito a realizar", concluye.
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