Por Shiran
Efraty, matrona - www.partoactivoblog.wordpress.com
Hace poco fui a hacer una
visita puerperal a una mamá que dio luz 8 días antes. Esa mama tuvo
un parto totalmente natural a un bebé que peso 4.500! Era su segundo hijo pero
su primer parto. La mayor nació por cesárea dos años antes.
La encontré un poco triste,
pálida, sin animo.
- ¿Cómo estás?, le
pregunté.
- Cansada, me dijo, No me da
tiempo a nada y la casa esta fatal. Estoy un poco preocupada porque estoy
sangrando mucho.
- Cuéntame como pasas el
día, ¿que has hecho hoy?¨
- ¿Hoy? Nada. Solo
he organizado la casa, he sacado los gatos, he hecho la
comida, he lavado la ropa… ah! y he dado el pecho. Nada más…
Su tristeza, cansancio,
palidez, sangrado, tiene básicamente una solución . el descanso.
¿Y por qué una mujer puérpera tiene que
descansar?
Porque son mucho cambios
corporales. Empezamos con el maravilloso útero que durante nueve meses
ha criado a tu bebé de forma perfecta (¿le has dado las gracias?) y
cuando tu bebé estaba preparado, le ayudó salir contrayéndose intensamente
durante horas o incluso días. (Para que luego los ginecólogos lo definan como
motor de parto. cualquier día lo sustituyen por uno de Volkswagen). Para que te
hagas la idea, tu útero ha aumentado su tamaño de 60 gr. a 1 Kg., y su
volumen se ha multiplicado ¡por 1000! ¿Impresionante, no? Pues todo eso tiene
que volver a su estado original en poco días. Es lo que se llama la
involución uterina y los famosos entuertos.
La involución uterina va
acompañada de sangrado, los loquios. Estos duran normalmente entre 2 y 6
semanas. Y te cuento algo importante: cuanto menos descansas, más tiempo vas a
sangrar. Así es. Y hablando de sangre, tu punto de partida ya es más bajo. Has
perdido sangre en el parto. Hasta medio litro se considera una cantidad normal.
¡Poco no es!
No solo que tu cuerpo se
tiene que recuperar sino que, además, tiene que invertir energía
produciendo leche. Tu bebé ya no esta dentro, pero tú le sigues alimentando. La
naturaleza es sabia y la producción de leche siempre será prioritaria, pero eso
no significa que no te tengas que cuidar (te tienen que cuidar). Y eso sin
hablar de las dificultades de la lactancia o el dolor tan frecuente al
principio.
Cuando estas con 8 cojines
de lactancia alrededor, las tetas al aire y los pelos de loca, luchando con la
posición, no quitas ojo del niño para no perder el milisegundo que abre la
boca y engancharlo, tu marido metiendo la cabeza para ver si ha cogido la
areola por debajo, ahora dudas si el niño respira, comprimes el pecho por si
acaso y… se ha desenganchado. Todo de nuevo! Y allí en medio del salón, está el
amigo de tu marido, que lleva ya 4 horas en tu casa, preguntando si hay algo
para comer.
A nivel emocional son
muchos cambios. Ha nacido un bebé y con él ha nacido una mamá. Necesitas tiempo
para procesar lo que ha pasado en el parto, tiempo para asimilar el cambio de
la estructura familiar, las relaciones con tu pareja, con tus otros hijos. Son
muchos sentimientos y emociones a veces totalmente opuestos. Los cambios
hormonales y la falta de sueño aumentan mucho la intensidad con que se viven
esos cambios. Déjales espacio, toda adaptación requiere tiempo.
A la recuperación física, a
los cambios emocionales, a la lactancia, habría que añadir el cansancio del
parto en sí mismo, el llanto del bebé, las visitas, las noches sin dormir, la
casa.. ¿pero cómo no vas a estar cansada?
¿Por qué
las mujeres tenemos tanta prisa de demostrar al mundo “estoy bien,
aquí no ha pasado nada”?. ¿Cómo que no?
En todas las culturas
tradicionalmente, la época del post parto se consideraba una época sagrada, con
sus rituales y costumbres para proteger y cuidar a la mujer y al recién
nacido. La cerrada de las parteras mexicanas, Yu-Fai (cerca del fuego) en
Tailandia, La Henna en norte de África, el Sweat Lodge (cabaña de sudar) de los
nativos americanos, los baños terapéuticos, los peinados especiales, la moxa…
En la India, por ejemplo,
la mujer tiene prohibido entrar en la cocina durante 13 días. Hace tiempos
no muy lejanos aquí también era de costumbre que las mujeres de la familia y
las vecinas llevaban a la mujer recién parida una sopa caliente y comida casera
especial, rica en proteínas e hierro. Ahora lo más frecuente es que te traigan es
una caja de bombones…
Y por si todavía no
estas convencida que tienes que descansar te he preparado esta lista. Tienes
que descansar porque:
- Lo necesitas para tu salud
mental; uno de los factores de riesgo de la depresión post parto es la falta de
apoyo y el cansancio.
- Lo necesitas por tu suelo
pélvico. Hay más riesgo de incontinencia o prolapsos si vuelves directamente a
la actividad normal. Te recomiendo hacer sentada lo que solías
hacer de pie y hacer acostada lo que solías hacer sentada.
- Lo necesitas por tu bebe,
para poder dedicar tiempo a conoceros y comunicarte con él.
- Lo necesitas para la
lactancia. Dar el pecho a demanda es prácticamente dar el pecho todo el dia. Recuerdo
oír decir a una amiga (soltera y feliz) que me preguntó que estaba haciendo
todo día después del parto, que si no me aburría. Pues aquí estoy, me acuerdo
decir, acabo de dar el pecho y hasta la siguiente toma estoy dando el
pecho. Y tu? – Aquí, me contestó, en la pelu, peinándome…
- Lo necesitas por tu
familia. Es como las instrucciones que dan en el avión, primero te pones tú la
máscara de oxigeno y luego se la pones a tu hijo. Va contra cualquier instinto
maternal, pero tiene su lógica. Para cuidar a tu familia te tienes que cuidar a
ti primero.
Yo también descanso
Te voy a poner una serie de
afirmaciones que no deberías olvidar. Para recortar y colgar en una sitio
visible y decírtelo en voz alta:
- Acabo de dar a luz, acabo
de dar a luz, acabo de dar a luz
- Me permito descansar
sin sentir culpable
- Pido ayuda
- Permito que la ayuda no
sea perfecta
- Me cuido, voy a comer
bien y beber bastante.
- No levanto nada que pese
más que mi bebé.
- Cuanto más descanso antes
me recupero
Como mujer y madre cuando
pases esta etapa del post parto, acuérdate de tus amigas, compañeras, para
cuando les toque a ellas. Llévales una sopa caliente, comida casera que le
guste, presta atención a los hermanitos, dobla la ropa que tiene acumulada,
ofrecele que se bañe mientras tu vigilas su bebé, prepárale una infusión
caliente...
Esa mamá tendrá menos
sangrado, menos mastitis, menos dolor, menos soledad y tristeza. Lo recordará y
te lo agradecerá toda su vida. A su vez, ella ayudará a otra mamá en su post
parto. Juntas podemos volver crear esta red femenina de apoyo. No sólo
ganaremos mamás más felices y bebés más tranquilos, ya que también creo que
estas cosas nos afectan a todos como una sociedad más sana y solidaria.