• Las rutinas que entorpecen la lactancia

EXTRACTO DEL LIBRO "LA MATERNIDAD Y EL ENCUENTRO CON LA PROPIA SOMBRA" DE LAURA GUTMAN. EDITORIAL DEL NUEVO EXTREMO. BARCELONA 2007

La separación de la madre: el bebé no debe estar en ningún otro lugar que no sea en brazos de su madre. un bebé sano puede recibir los primeros cuidados y revisiones médicas sobre el cuerpo de su madre. Sé perfectamente que a muy pocos neonatólogos se les ocurre, pero es hora de que se nos empiece a ocurrir.

Aspiración: Los profesionales que asisten a partos naturales observan que en forma normal los bebés van expulsando restos de líquido amniótico durante varias horas después del nacimiento, sin traumas ni molestias. La rutina de meter la sonda violentamente en las cavidades bucales y nasales para limpiar las vías respiratorias de los bebés es atroz e innecesaria, salvo en algunos casos específicos.

Pesar y medir: Pesar a un bebé en una balanza si está envuelta en un paño suave y tibio no es traumático. Pero estirar el cuerpo del bebé para medirlo sí lo es. ¿Importa tanto si mide 49 o 51 cm? Por otra parte, es tan difícil estirar a un bebé, que estas mediciones rara vez resultan exactas... y violentan al bebé, que busca desesperadamente volver a su posición fetal.

Ruido y presencia de muchas personas: El bebé debería permanecer sin interrupción sobre el pecho de su mamá para que pueda poner en práctica el reflejo de succión, presente en todos los bebés sanos y nacidos a término, que le permite buscar, encontrar y succionar el pecho materno. En un ambiente relajado normalmente los bebés succionan entre los 10 y los 30 minutos posteriores al nacimiento. Para esto es necesario que una mujer no esté acostada. En caso de cesárea, depende de un asistente amable que la ayude a sostener al bebé para ponerlo al pecho.
Por otra parte la succión temprana del pezón estimula el desprendimiento de la placenta, ese objeto oscuro y sangrante. Pocas mujeres tienen la dicha de ver, oler, tocar y despedirse de la placenta, que materializa la sombra del niño que ha dado a luz. Como siempre, preferimos obviar la sombra, hacer como si no existiera. Sin embargo, nuestro hijo se alimentó de ella y, producido el nacimiento, nos falta el ritual de despedida de la placenta, que muere para que nuestro hijo pueda vivir. ¿cuantas mujeres han visto al menos su propia placenta? ¿cuantas mujeres se la han llevado a casa (porque les pertenece)?

La nursery: Es un extraño invento de la sociedad industrial donde cada bebé está desesperadamente solo en un océano oscuro, junto a otras almas que aullan de desconcierto y temor igual que él. dos o tres enfermeras los atienden si ninguna capacidad de ocuparse de varios bebés al mismo tiempo, mientras la madre recibe flores y visitas en su habitación. Los bebés deben estar con su mamá, el único lugar aceptable para un recién nacido. En cambio podríamos organizar lugares de recepción para las visitas, con pastas y bebidas, pero fuera del entorno mamá-bebé, para no alterar el primer acercamiento y el silencio necesarios para el inicio de la lactancia.