• Myriam Wigutov y La Rueda Púrpura

EXTRACTO DE LA ENTREVISTA REALIZADA POR CLAUDIA LAMATA - BUENOS AIRES - PUBLICADA EN www.wadjet.com.ar

- Me presento: Soy Myriam Wigutov de profesión, Bruja. Uso esta palabra, depreciada a partir de la inquisición, para devolverle su verdadero valor, y detectar a las personas de mentalidad escasa. Aquellos/as que preguntan “¿vos sos bruja?, pero las brujas son malas y vos no pareces demasiado mala”. A esas personas no les voy a explicar de que se trata mi tarea, en cambio a quien pregunta ¿y qué es ser bruja? Con el adecuado asombro curiosidad y respeto le contaré que la palabra bruja, que en ingles se dice witch, deviene de una bella y antiquísima palabra y práctica egipcia, “Baq”.Significa varias cosas: poder femenino, mujer de poder, mujer que conoce su poder y lo usa, mujer que conoce las palabras mágicas o de poder. O sea que bruja significa mujer empoderada. Pero en verdad mi título honorífico es Sacerdotisa de la Diosa.

¿Y qué es ser una sacerdotisa de la Diosa en pleno siglo XXI?, preguntará el interesado... es ser una mujer que cultiva diariamente (como quien cultiva un jardín) la amistad, la relación con la ENERGÍA FEMENINA, propia, en otras, en otros, en los ríos, los montes, la atmósfera, en el universo. Cultivo la relación con lo femenino para mantenerla, hacerla consciente, florecerla, quitarle la maleza de siglos de descrédito, aumentarla, dirigirla, ofrecerla, protegerla y darle rango sagrado, instalarla en la conciencia de la humanidad como un valor positivo, como un capital de la humanidad.

La Energía Femenina en las religiones tradicionales y mayoritarias ha estado relegada a lugares secundarios, terciarios, ha sido devaluada, así como la mujer en la sociedad y en la cultura. Una cosa guarda proporción con la otra. Porque en el imaginario religioso actual no hay Diosas, es que las mujeres estamos en este lugar de degradación, luchando por recobrar nuestros derechos porque no tenemos mitos, no tenemos arquetipos que guíen nuestra vida, nuestro viaje del alma.

Ser Sacerdotisa de la Diosa es traer nuevamente a la conciencia el caudal de lo Femenino como sagrado. También lo llamo lo femenino impersonal que está en todo, en todas y todos, es inmanente. Es lo que los chinos llaman Energía Yin, lo que trato de cultivar en mi, en vos, en nosotras, en las relaciones, en los trabajos, y cada vez que puedo.

Esta ENERGÍA FEMENINA IMPERSONAL está excluida, denigrada de variadas maneras en nuestra cultura. Está ausente en el lenguaje, en nuestro pensamiento, en nuestras relaciones, en nuestra economía. Mi propósito es traer desde el fondo de nuestro inconsciente personal y de género, esa energía femenina inmortal que también vive a través de nuestros cuerpos. Volvernos conscientes de ella es mi propósito, poner palabras, acreditar esa energía y devolverle el rango sagrado.


-¿Podrías explicarnos en qué consiste el taller que llamas LA RUEDA PURPURA?
- El propósito de LA RUEDA PURPURA, al igual que el de LA SANGRE FEMENINA (que co-coordinamos con Analía Bernardo en el Instituto Hanna Arendt) es el mismo: devolverle al ciclo menstrual, y a todos los procesos biológicos del cuerpo femenino, su valor positivo y sagrado. Restituirles el valor de portales iniciáticos espirituales. No dejarlos solamente en sucesos orgánicos, sino redimensionarlos en todo su espectro: como seres totales, materia cóncava, vasijas rojas que se llenan y vacían con cada luna, que sangran sin morir. Cada uno de estos portales iniciáticos nos dotan de un conocimiento transpersonal y espiritual que no solamente nosotras necesitamos, también la comunidad.

La humanidad está enferma de falta de amor, y las mujeres somos usinas de amor. En cada portal iniciático que una mujer atraviesa recibe información, herramientas, caudal de amor. No el amor rosa de Hollywood, sino ese amor que crea que disuelve, que mata y que da vida, como el trabajo ecológico de la madre tierra. Como el trabajo ecológico de nuestros úteros que crea para crear y disuelve su propia creación, entonces el valor disolutorio de la energía femenina es tan importante como el de creación. Solo que estamos silenciadas hace ,nada mas ni nada menos, que seis o diez mil años de cultura jerárquica, androcéntrica, o mas popularmente llamado patriarcado.

Pero a mi me gusta mas pensar en la palabra androcentrismo que es el gobierno de la energía masculina, cuyo mayor exponente es la guerra. La llegada del concepto de El Dios Padre, Zeus, instala en el conciente y en el imaginario religioso la ética, moralidad y cosmovisión del guerrero conquistador. Yo cultivo la Energía Femenina para nutrir los valores de creación y disolución natural de las leyes universales.

La Diosa no es una abstracción, una señora gorda que está en el cielo. La Diosa está acá, en la luz de ese velador, en el agua de esa canilla, en esa hornalla, trabaja todo el tiempo. Es inmanente, le damos representación por ejemplo con figuras de la Pachamama, para poder focalizar, direccionar y cargar de sentido, un concepto y una vivencia de ésa “energía”: para que esa idea no se disperse. Volvernos conciente de esto, cultivar el vínculo, esa amistad, como quien cultiva cualquier otra relación, honrarla, dedicarle tiempo...eso es lo que hace una sacerdotisa de la diosa, disponerse a labrar Lo Femenino que circula en todo y en cada cosa.

Mi trabajo como Bruja-Sacerdotisa de la Diosa se desarrolla como maestra de yoga, como coordinadora de La Rueda Púrpura, para todas las mujeres, las que tienen aspiraciones espirituales y las que no. Es muy positivo para las que tienen su interés en el aspecto físico, psicológico o emocional. Y para aquellas que tienen ganas de pegar un salto hacia otros planos de su ser también está muy bien.

Para las mujeres que no tienen ganas de participar en un grupo y prefieren trabajar La Rueda Púrpura en forma individual, entonces hago lo que llamo, un poco haciendo broma pero no tanto, Brujería Clínica.

- ¿Cuál es la dinámica del taller LA RUEDA PURPURA?
-La Rueda Púrpura es cómo un laberinto. Esto me caló hondo del Zen. El Zen tiene rutinas precisas, formas deliciosamente exactas, y descubrí una forma: entramos a una espiral para llegar a nuestro útero, y salimos de él transformadas.

Comenzamos danzando, cantando, nos metemos en nuestra propia historia. Uso el arte, la pintura, la danza, el canto, la poesía me valgo de todo esto para llegar a nuestro útero.

A mitad del taller hacemos un pic-nic de frutas y mate, descansamos un poco y disfrutamos de ese momento erótico, bellísimo que están todas las frutas abiertas mostrando sus semillas, igual que las participantes, es un momento hermoso. Trabajamos con faldas y propongo que las que quieran se quiten las bragas. Así circula nuestra energía femenina que brota de nuestros genitales. Hacemos visualizaciónes, les doy información, hay tiempo para interactuar y contar historias personales, también hacer preguntas y responderlas. Todo esto termina con una enorme danza que se llama La Danza Púrpura, en donde bailamos las cuatro energías básicas del ciclo menstrual y del ciclo vital femenino, las cuatro lunas.

Me enfoco en que la vivencia sea física, energética, emocional, intelectual, y por supuesto grupal.


-¿Cómo definirías LA RUEDA PURPURA?
-La Rueda Púrpura es un refugio lunar. Donde las mujeres primero nos volvemos concientes de que somos usinas productoras, receptoras de esta frecuencia de onda, que podemos no solo conocerla, sino usarla, administrarla, conducirla, aumentarla, diluirla, concentrarla, transitarla o reservárnosla, o las dos cosas. Que podemos adueñarnos de nuestra propia Energía Femenina. Es un laboratorio de relaciones positivas entre mujeres, por eso digo que es un hecho político también, relaciones no competitivas, relaciones no jerárquicas: es muy sanador! Es una Tienda Roja que intenta sustituir el vacío de los antiguos consejos de ancianas tribales.

PARA MÁS INFORMACIÓN www.laruedapurpura.com.ar
laruedapurpura@hotmail.com

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