• Una ecoaldea para mujeres mayores

Ciutat d'Elles
TEXTO DE ALBERTO D. FRAILE OLIVER
Un grupo de mujeres mayores residentes en Mallorca, España está gestando uno de los proyectos más vanguardistas de este momento. Rondan los 60 años, algunas están jubiladas, otras continúan trabajando, pero todas rebosan de entusiasmo y creatividad. Tienen algo en común: viven solas, pero no se conforman con lo que nuestra sociedad tiene previsto para ellas: la soledad. Sus ganas de vivir y su creatividad les ha llevado a luchar por un proyecto que les permita crear un espacio en el que vivir y seguir desarrollándose. Su sueño es crear una comunidad donde puedan vivir con independencia pero sin soledad. Un lugar donde puedan seguir sintiéndose útiles, y puedan compartir la experiencia acumulada durante sus vidas y, sobre todo, un hogar donde puedan encarar la vejez con dignidad. Algo que difícilmente aportan las residencias de ancianos.
El núcleo de este proyecto llamado Ciutat d’Elles está formado por diez mujeres y están reclutando a más personas para alcanzar la cifra de 30 que conformarán la primera fase de este proyecto redondo.Se reúnen periódicamente, mantienen contacto por Internet y pese a lo difícil que es mantener un grupo cohesionado llevan 10 años luchando por este sueño que por fin está maduro.Para Ciutat d’Elles ha llegado el ahora o nunca. Es el momento de que todos aquellos que han mostrado su simpatía arrimen el hombro para dar el impulso definitivo a este experimento social que está destinado a colocar en el lugar que les corresponde a las personas mayores.

Las instituciones no están a la altura
Es una idea hecha por mujeres para mujeres, afecta a un colectivo de edad avanzada, apuesta por la ecología y la sostenibilidad, el enfoque sobre la salud es totalmente preventivo, la gestión es autosuficiente… la instituciones tendrían que pelearse por apoyar iniciativas de este tipo. Sin embargo, lo que se están encontrando estás emprendedoras sociales son buenas palabras, descoordinación entre administraciones, toneladas de burocracia y un sistema público que no está a la altura de un proyecto tan vanguardista como este.
Su plan era que el Ayuntamiento de Palma les facilitara el terreno ya que se trata de un proyecto que cuenta con el reconocimiento de Utilidad Pública y con la fuerza y la legitimidad de ser una alternativa real a las pocas salidas que tienen las mujeres mayores. Sin embargo, tras reunirse con la alcaldesa Aina Calvo, todo lo que les han ofrecido es un terreno de 400 metros cuadrados, que según palabras de Rosa Masdeu, una de las impulsoras del proyecto, “era un terreno apto para construir un ascensor al cielo, pero poco más”.
La ubicación del terreno tiene que ayudar a evitar el aislamiento, por ello debe tener buena comunicación con el transporte público, con los centros hospitalarios, con los puntos de interés cultural y con espacio suficiente que permitan la implantación de las casas, las zonas comunes y los huertos. El hecho de que el Ayuntamiento les ceda un terreno apropiado daría alas al proyecto, ya que una de las principales dificultades es el desorbitado coste de los terrenos en Palma.
Se encuentran en una encrucijada. O tirar la toalla o sacar la tijera y recortar las ambiciones ecológicas del proyecto; de momento están pensando en sacrificar los paneles solares para generar energía y así poder invertir ese dinero en parte del coste de las tierras. La idea es que las habitantes de la Ciutat d’Elles paguen un alquiler asequible por su vivienda en la comunidad. El objetivo es que el coste mensual no supere en ningún caso los 600 euros mensuales por habitante. De lo contrario se convertiría en un proyecto elitista que muchas mujeres mayores a quienes va dirigido no podrían asumir.
Después de que las instituciones hayan retrasado el proyecto con promesas huecas, estas mujeres han decidido tirar adelante pidiendo el dinero a una entidad financiera ética, como es el caso del banco Triodos que les facilitará el 80 % de la inversión. Su fe en el proyecto las empuja pese a la falta de apoyos institucionales. Ahora necesitan conseguir el resto de la financiación, reclutar a las habitantes que faltan y encontrar el lugar idóneo para construir un proyecto que puede demostrar que otra sí vejez es posible.

Intimidad y comunidad
Las habitantes de esta futura ecoaldea contarán con pequeñas viviendas en las que podrán disfrutar de intimidad e independencia, pero al mismo tiempo compartirán espacios comunes como huertos o aulas para cursos. Será autónomo en la energía, la salud y los alimentos básicos. Para lograr esto último, los jardines serán comestibles, es decir, los espacios verdes serán huertos que además de proporcionar alimentos sanos, ecológicos y frescos serán una buena excusa para mantener el cuerpo en forma. También habrá grupos de trabajo corporal, conferencias, cursos de alimentación, actividades lúdicas, grupos de estudio…
Ahora que los padres están totalmente volcados en la tarea de producir. Estas abuelas pueden cumplir la tarea de cuidar a los niños y de compartir con ellos sus conocimientos y el contacto con la naturaleza que esta comunidad permitirá. Tal y como cuenta Neus Iniesta arquitecta y otra de las impulsoras del proyecto, “uno de los pilares de Ciutat d’Elles es que los niños tengan un papel protagonista. Queremos recuperar el papel de las personas mayores como transmisores de la tradición y de la capacidad de soñar”.
Otra de las señas de identidad del proyecto es la bioconstrucción. Cuando Neus Iniesta habla de ello se le encienden los ojos. Pretenden construir con unos ladrillos especiales que se hacen en la misma obra con la misma tierra de deshecho mezclada con cal y cáñamo como aislante.
Su idea es constituirse como Fundación. Si hoy encontrasen los terrenos adecuados en un año Ciutat d’Elles sería una realidad y todos tendríamos ante nuestros ojos un nuevo modelo de convivencia y calidad de vida que ofrece soluciones a varias áreas conflictivas de nuestra sociedad.

RESUMEN DEL PROYECTO ECOALDEA CIUTAT D’ELLES
1.- Introducción

Hace años una persona de 60 era una persona vieja. Hoy, la sociedad ha cambiado también en este sentido. A los 60 años aún nos sentimos llenas de vida y con ganas de disfrutar de los años que vienen con menos obligaciones y contribuir con nuestra experiencia a la sociedad. Muy pocas nos sentimos con ganas y necesidad de ingresar en una residencia tutelada.
Ser mayor no equivale, a ser minusválida/o, o incapaz, de tomar decisiones. No queremos ser tratadas/os como menores de edad. Nos sentimos con plenas capacidades, conocimientos y deseos de decidir sobre nuestras vidas y con derecho a la independencia. En una residencia tenemos que renunciar a un espacio propio, a la autonomía y a la autoestima que son bases imprescindibles para una buena salud y equilibrio psíquico.
Por esto muchas personas y sobre todo muchas mujeres, al llegar a estas edades optan por vivir solas/os. Las mujeres elegimos vivir solas aún que significa renunciar en gran parte a la comunicación y colaboración que, como se ha demostrado muchas veces, son imprescindibles para tener un equilibrio psíquico aceptable y una buena salud. Aún con su significado de aislamiento, peligro y frustración, la SOLEDAD es más soportable que vivir sin decisión, sin espacio propio y sin independencia. Estamos en un momento social de exploración de nuevas formas de vida…. Muchas/os queremos para nuestra edad madura alguna cosa mejor que lo que nos ofrece ahora nuestra sociedad. Alejar e incluso evitar al máximo el ingreso en instituciones de dependencia.
No tener que elegir entre la dependencia y la soledad. No tener que renunciar al capital de conocimientos acumulados durante nuestras vidas. Defendemos el derecho a recoger los frutos de toda una vida de aprendizaje y servicio. Aquí, se sitúa la ECOALDEA CIUTAT D’ELLES: Independencia sin soledad. Seguir sintiéndonos útiles y vivas/os. Materializar los valores aprendidos durante nuestras vidas. Participar de un proyecto es seguir teniendo un futuro, es participar de la vida.

Introducción al Proyecto
Un grupo de mujeres mayores, residentes en las Islas Baleares, algunas de ellas jubiladas y la mayoría trabajadoras, pero en edad próxima a la jubilación, que tienen la característica común de vivir actualmente solas, pensaron en su día desarrollar un proyecto, que intentaba conjugar diversos aspectos:
Fomentar la ayuda mutua en caso de necesidad y para facilitar la resolución de las pequeñas urgencias que aporta la vida cotidiana.Facilitar un espacio común de convivencia y servicios, pero que a la vez, respete el libre desarrollo de la individualidad personal.Encontrar una forma de vida armónica en cooperación con la naturaleza, provocando el menor impacto ambiental posible y facilitando la autorrealización personal.
En esta dirección se han ido interesando y desarrollando experiencias de conocimiento y aplicación de la permacultura.
Experimentar un proceso de convivencia, que a la vez que vaya cohesionando el grupo permita abrirse al conjunto de la sociedad para aportar y recibir la experiencia de otros colectivos sociales, de las administraciones públicas y de otros proyectos nacionales o internacionales de finalidad similar.
Recuperar la transmisión de vivencias y conocimientos de las abuelas a los nietos en medio de un espacio de experiencias.Así nació el grupo promotor de la Asociación Ciutat d’Elles, que constituyó la Asociación el 17 de junio de 2003, y empezó a desarrollar algunas actividades con el fin de visualizar y proyectar un esquema que sintetizara las aspiraciones descritas para poder explicar a la sociedad y a las administraciones el proyecto a desarrollar.

¿Por qué un proyecto de ecoaldea?
La idea surgió al conocer experiencias como las de Los Molinos de Andalucía y la de Pí i Sunyer en Gerona, que podía hacer realidad, que grupos de mayores, creasen espacios en función de sus necesidades. Por otra parte, la utilización de la permacultura como herramienta para trabajar la tierra, conseguir una alimentación más sana, pudiendo llegar a la autosuficiencia, nos animaba a plasmar en la práctica, un intento más completo y desarrollado del que hasta ahora individualmente intentábamos aplicar. De esta manera fue avanzando la idea de construir una ecoaldea.

¿Qué se pretende plasmar y conseguir con esta idea?
Promover un modelo de URBANISMO AUTOSUFICIENTE Y SOSTENIBLE, utilizando ENERGÍAS RENOVABLES. Diseñar dentro del modelo de la ARQUITECTURA BIOCLIMÁTICA y construir bajo las normas de la BIOCONSTRUCCIÓN.
Crear espacios equilibrados y armoniosos, con la Permacultura y las “Parades en crestall” como herramientas comprobadas para una agricultura fácil y SOSTENIBLE.La organización del espacio viene determinada, por la creación, por una parte de unas unidades habitacionales que dan respuesta a la necesidad humana de aislamiento e intimidad y por otra parte, de unos espacios comunes que apoyen la convivencia, el intercambio y el servicio mutuo. Todo ello rodeado de espacios dedicados a JARDINES/HUERTOS BIOLÓGICOS y otros usos comunes como los de reciclaje del agua, porches utilizados como recolectores de energía, tanto la solar cómo la eólica, si fuese necesario.Esos alojamientos tienen que construirse con materiales que prevean el ahorro energético, y se es posible, reciclados.
Es muy importante la rehabilitación de la CASA COMUNITARIA que debe garantizar tanto la convivencia de las residentes como la función pública que en tanto PROYECTO PILOTO E INNOVADOR, pretende estar abierto al conjunto de la ciudadanía. Así tendremos para servicios de la ecoaldea comedor, cocina, sala de reuniones, talleres, rehabilitación, lavandería, almacén y otros.
También, se desarrollan talleres abiertos de salud preventiva, explicaciones teóricas y prácticas de permacultura, a partir de la experiencia práctica de la Ecoaldea y muy importante los espacios de convivencia entre los niños y las mujeres mayores. Se pueden ceder instalaciones comunes para determinadas actividades de otros colectivos sociales, siempre respetando las normas de convivencia y usos de la ecoaldea. Hay vías abiertas con la Administración Pública, la Universidad de les Illes Balears, empresas de tecnología medioambiental, agricultores y ganaderos que elaboran productos ecológicos, colegios, entidades vecinales, ecologistas, entidades feministas, etc.
Es decir, retornar, para el enriquecimiento de la sociedad, unos conocimientos de vida prácticos de un colectivo de mujeres mayores que viven solas y desean seguir participando y cooperando para hacer un mundo más habitable.
Para más información: www.ciutatdelles.blogspot.com