CINTURÓN DE OFRENDA MENSTRUAL


Texto de Marianna de Arboleda de Gaia escrito en 2007.
Tejer es una actividad creativa que puede conducirnos a un estado de meditación y trance que nuestras antepasadas conocían muy bien. Tejer un cinturón de ofrenda menstrual es una buena manera de renovar los vínculos con nuestra esencia femenina y con la Tierra.

Si tejemos nuestro cinturón con el propósito de abrirnos a la sabiduría del ciclo menstrual experimentaremos cambios en la percepción de nuestro cuerpo femenino. Sentiremos renacer en nuestras células un sano orgullo biológico que limpia las ideas de suciedad y pecado que el patriarcado infiltró en nuestro inconsciente.

El cinturón nos ayuda a entender que nuestra sangre es bella y que -si bien es un misterio que necesita ser respetado como tal y, por lo tanto, pertenece a la intimidad del pueblo de las mujeres- no hay nada de lo cual avergonzarnos por sangrar ni es necesario ocultar que estamos menstruando.

Hay tantos cinturones menstruales como mujeres que los llevan, no existe un único modelo ni es necesario ser una tejedora experimentada para realizarlo. Para realizarlo necesitamos una lana o hilo de algodón rojo o granate lo suficientemente grueso como para tejer. Los he visto hacer tejidos, en macramé, trenzados o realizados con nudos o trenzas que luego se cosen entre sí. Hasta una cadeneta o tres simples hilos –uno por cada rostro visible de la luna–, con trece nudos –uno por cada luna del año–, pueden constituir un hermoso cinturón menstrual.

Una vez lo hayas tejido cósele adornos que refuercen la sanación de lo femenino en tí. Incluso puedes atarle distintos objetos según la época del año: flores en primavera, frutos en verano, ataditos de semillas en otoño o pequeñas piñas en invierno.

El hilo rojo o granate representa el vínculo entre la sangre y la vida; y la forma circular propia de todo cinturón es símbolo de la alianza de todas las mujeres. Al rodear tu vientre, el cinturón potencia y protege tu centro energético primordial: el poderoso Hara o Tan Tien del que hablan las tradiciones orientales, el lugar donde las mujeres tenemos el útero y sustentamos la vida de los bebés.

Si ya no tienes tu menstruación o has sufrido la extirpación de tu útero u ovarios, tejer tu cinturón menstrual es una buena oportunidad de reactivar la energía ovárica y uterina primigenia, que permanece viva en tu memoria celular. Mientras lo haces puedes imaginar que un nuevo útero de luz renace en tí sanando tus heridas y rejuveneciendo tu cuerpo.

En mis ceremonias con el Clan de la Sangre tejemos nuestros cinturones reunidas en círculo de mujeres. Es muy especial la energía que se genera cuando un grupo de mujeres tejen juntas, mientras cada una comparte con el círculo el relato de su propia historia menstrual. Hace ya muchos años que realizamos esta práctica y siempre ha sido un espacio sanador e inspirador.

Luego, juntas, ofrendamos la sangre a la Tierra. Es una manera hermosa de compensar nuestras relaciones con la Madre Naturaleza. Ella nos da todo lo que necesitamos para construir nuestras casas y tejer nuestras ropas. También nos ofrece todos los alimentos que nos nutren y las medicinas que sanan cuerpo y alma. Estos dones tienen que ser compensados para que las relaciones estén en equilibrio. Así nosotras agradecemos a la Tierra honrándola con nuestra sangre, que es sangre de vida, de paz y de salud. De esta manera las mujeres núbiles hacen el pago a la Tierra en nombre de toda la familia humana.

Una vez hayas tejido tu cinturón espera tu próxima “sangre lunar” y conságralo y bendícelo ungiéndolo con tu fluido para que se impregne con la sabiduría de tu sangre. Es bueno que para hacerlo te dediques un día en soledad y retiro que permita a tu naturaleza femenina instintiva el tiempo y el espacio necesarios para manifestarse.

Estas actividades, abonadas por tu propósito, convierten cada cinturón de ofrenda menstrual en un “objeto de poder” que canaliza la fuerza femenina de paz y amor. Es un elemento distintivo de las mujeres núbiles para vestir cada vez que participen en las fiestas de la Tierra o la Tribu. También cuando necesiten recuperar su poder en momentos de desconcierto o deseen invocar su fuerza femenina para transformar el mundo en una Tierra en Paz.

Texto de Marianna Doña Loba.  www.mujergaiática.blogspot.com