• Sudán: periodista condenada a 40 latigazos por llevar pantalones

JARTUM - DIARIO EL PERIÓDICO - BARCELONA - 5/8/2009

No quiere ni indulto, ni inmunidad. No quiere usar las herramientas que tiene en su mano para evitar el juicio porque quiere ser una mujer sudanesa más, como las miles que sufren en el anonimato situaciones como la que ella vive ahora. Si, finalmente, ha de ser azotada, no solo no evitará los golpes sino que quiere recibirlos en público. Que todos lo vean. Que el mundo entero sepa cúal es la humillación que sufre la mujer en Sudán.

La periodista sudanesa Lubna Ahmed Hussein, 30 años, viuda, fue detenida a principios del mes de julio por llevar pantalones. Se encontraba en una fiesta en un restaurante en el distrito de Riyad de la capital, Jartum, cuando irrumpió la policía arrestó a varias mujeres ataviadas de forma «indecente».

Prenda inadecuada
La ley islámica o sharia considera los pantalones como una prenda «inadecuada» e «inmoral». La reportera se enfrenta a un castigo de 40 latigazos.

El juicio, cuya celebración estaba prevista ayer, fue suspendido hasta el 4 de septiembre. Sin duda pesaron las concentraciones de protesta en la puerta del juzgado donde cientos de personas, en su mayoría mujeres, se agolparon para dar apoyo a la causa de Lubna. La policía dispersó a los manifestantes con gases lacrimógenos mientras la acusada recibía muestras de calor y comprensión de sus simpatizantes. Había logrado convocar a medio millar de personas, aproximadamente.

Además de sus colaboraciones en el periódico de izquierdas Al-Sahafa, la reportera trabajaba para el departamento de comunicación de la misión de la ONU en Sudán. Precisamente por sus vínculos con la organización internacional, la periodista goza de una inmunidad que le hubiera evitado el juicio. Pero ha renunciado a su puesto y, en consecuencia, a la inmunidad.

«No tengo ningún miedo al veredicto», asegura, desafiante, esta mujer que lleva pantalones pero también un tarha –un gran pañuelo– que cubre su cabeza y todo su torso. «Recibir los latigazos –añade– no es solo algo doloroso, sino un insulto a los humanos, a las mujeres y a las religiones».

La petición de 40 latigazos está contemplada en el artículo 152 del Código Penal sudanés por «actos indecentes, actos que violen la moralidad pública como llevar ropa indecente».

Precisamente, el objetivo de Lubna es que se suprima el citado artículo del Código Penal. Está decidida a plantar cara, a asistir al juicio y, si se da el caso, a recibir los latigazos en público. «Este artículo –considera la acusada– es contrario a la Constitución y a la sharia».«Si algunos se apropian de la sharia para flagelar a las mujeres por sus vestimentas, que me muestren los pasajes del Corán que lo estipulan. Yo no los encuentro», reflexiona la reportera. Asegura que golpear a las mujeres sudanesas por su atuendo viene siendo una práctica habitual en los últimos 20 años. «No es nada raro en Sudán», se lamenta. Lubna explica que muchas de estas mujeres castigadas nunca han osado quejarse porque consideran que nadie creería que solo han sido flageladas por llevar pantalones. Sabe que las mujeres afectadas por este tipo de castigos tienen miedo del escándalo y dudas sobre lo idóneo de sus propios comportamientos.

De las 12 mujeres detenidas con ella, según la periodista, 10 fueron convocadas por la policía dos días después y recibieron una decena de latigazos. Entre ellas se encuentran sudanesas del sur –zona donde la ley islámica no está en vigor– mayoritariamente cristianas y animistas. Si es condenada, Lubna apelará. Tantas veces como sea necesario hasta llegar al Constitucional.

Está segura de que ya ha ganado, como mínimo, la mitad de la batalla en tanto que, en estos momentos, su causa ha dado la vuelta al mundo. «Si el tribunal juzga que el artículo es constitucional, estoy preparada para recibir no 40 latigazos sino 40.000», afirma. Sin arredrarse, Lubna se presentó ayer en el juzgado con la misma vestimenta que la había llevado ante el juez. Con pantalones. Y muy bien puestos

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