POR ANGELS GALLARDO - 4/2/2010 – EL PERIÓDICO - BARCELONA
Enric Barba ha transformado la circunstancia de sufrir un cáncer de próstata, del que antes lo desconocía todo, en una misión dirigida a que los hombres dejen de mirar a otro lado y afronten sus riesgos.
En el último capítulo del libro Comprender el cáncer de próstata (Amat Editorial), que escribió con su médico, Miguel Ángel López, el ingeniero en telecomunicaciones Enric Barba (Barcelona, 1957) reproduce la biopsia del cáncer de próstata que le extirparon hace un año. Como buen matemático, ha reunido miles de datos sobre los entresijos de ese tumor y ha decidido ser un ejemplo vivo de lo que explica. «Mi contribución es explicar a otros lo que me ha pasado», dice.
–Ha sufrido un cáncer de próstata.
–Así es. Me lo diagnosticaron en diciembre del 2008 y me operaron el 14 de enero del 2009. Tenía un tumor muy localizado y, después de informarme, opté por una prostatectomía radical, la extirpación completa de la glándula de la próstata.
–Una solución radical.
–Lo decidí así porque soy joven y es la técnica quirúrgica que me concedía una esperanza de vida más alta, aunque no todos los médicos están de acuerdo con que sea la mejor opción. Yo no sé si lo es, pero nadie debe arrepentirse de las decisiones que toma con la información que tiene.
–¿Cuál es esa esperanza de vida?
–He puesto las cifras de mis biopsias en una base de datos de EEUU y me dicen que tengo un 94% de posibilidades de estar vivo dentro de 10 años. Yo espero vivir 25 o 30. No sé si llegaré. Es un tema de probabilidades. He descubierto que los oncólogos trazan sus tratamientos y pronósticos a partir de estadísticas. Pero cada caso es distinto.
–¿Qué sintió el día que le confirmaron que sufría este tumor?
–Fue un choque. No me lo esperaba. No obstante, actué como suelo hacer en los procesos de ingeniería. Me preparé para lo peor. Pensé: si las pruebas confirman que todo está muy mal, estarás preparado, y si no es así, mejor para ti.
–Se ha convertido usted en un activista contra el cáncer de próstata. Es el primer español que, sin ser médico, explica su experiencia.
–Es que existe una ignorancia brutal sobre este asunto, y nos estamos jugando la vida. Hay ignorancia en hombres de todos los niveles y profesiones, y me incluyo. Cuando me detectaron el cáncer, pensé: «Soy ingeniero de telecomunicaciones, una persona con formación, y no tenía ni idea de la magnitud y el impacto de esta enfermedad». Decidí actuar.
–¿Ni idea?
–Yo me hacía los análisis de sangre rutinarios que me indicaban en la empresa, y esas pruebas incluían una medición del antígeno prostático, el PSA. Pero lo desconocía todo sobre este cáncer, aunque sus cifras son muy, muy preocupantes.
–Indique algunas, por favor.
–La tasa de afectados es exactamente igual que la del cáncer de mama en las mujeres, es decir, unos 22.000 españoles tienen en estos momentos un cáncer de próstata, y unas 22.000 españolas, de mama. El de ellas causa una mortalidad superior, pero, en contrapartida, los hombres están muchísimo menos informados sobre este tema que las mujeres.
–¿Qué deberían saber ellos?
–Pues que es un asunto muy serio y que están jugando a la ruleta rusa. El 15% de la población masculina española tiene más de 50 años y, de ellos, el 30% sufrirá cáncer de próstata: el 20% de los enfermos morirá de esto.
–¿Es posible que ese desinterés se deba a que este cáncer se asocia a los órganos sexuales masculinos?
–Podría ser. Este cáncer ataca el mito sexual masculino. Yo he tenido la suerte de leer muchos libros, en inglés, donde algunos enfermos explican historias sobre este cáncer. Aquí, la palabra próstata desagrada a los hombres. Como si no existiera.
–¿Lo temen?
–Tal vez. Las mujeres son menos miedosas. Ustedes están acostumbradas a hacerse revisiones ginecológicas, para prevenir cánceres, desde que iniciaron la actividad sexual. La sanidad pública española hace mamografías sistemáticas a las mujeres mayores de 50 años, pero no se ofrece lo mismo a los hombres, porque, según la estadística, el cáncer de próstata afecta a los mayores de 75 años. En mi caso no ha sido así. He visto que existe una clara correlación entre supervivencia al cáncer de próstata y poder adquisitivo. Sobre todo en EEUU, donde la sanidad pública es muy deficiente.
–¿Qué sugiere a los hombres?
–Que desconfíen de las estadísticas, que se controlen y que se informen. Mi mujer se hace mamografías desde que tenía 30 años: de la misma forma, los hombres deberían hacerse chequeos de la próstata a partir de los 50: hablo de un análisis de sangre que determine el nivel del antígeno PSA, más un tacto rectal.
–El tacto rectal no les gusta.
–No, claro. Tampoco les gustan las mamografías a las mujeres, y se las hacen. El tacto rectal, hecho por un buen médico, no es tan molesto. Los hombres lo evitan por el mito sexual al que me refería. Pero, como mínimo, que se analicen el PSA.
–¿Los hombres hablan de la próstata cuando están entre amigos?
–No. Es un tabú desagradable. Desde que he estado enfermo, todos hablan conmigo de esto.
SINTOMAS E INFORMACION GENERAL SOBRE EL CANCER DE PROSTATA