Tengo
32 años. Nací en Texas y vivo en Massachusetts. Me licencié en Historia del
Arte y Filosofía y me gradué en Estudios Americanos. Estoy casada. En mi país
es necesario un sistema sanitario nacional. Crecí con el credo de los
puritanos, una rama del protestantismo
¿Cuándo supo que descendía de
brujas?
A los
15 años, cuando la hermana de mi padre añadió unos datos inéditos al árbol
genealógico familiar.
¿Muchas brujas en la familia?
Muchas,
pero me interesaron especialmente dos que sufrieron el terrible juicio de
Salem: Elizabeth Proctor y Elizabeth Howe.
¿Qué ha heredado de ellas?
La
mayoría de las mujeres acusadas de brujería eran tozudas y de opiniones
fuertes.
Cuénteme de aquella vida de
mediados del siglo XVII.
Era
una época difícil para vivir en Nueva Inglaterra. Una sociedad rígida y
altamente jerarquizada donde todo estaba establecido, desde tu estatus social
hasta la ropa que vestías yenqué lugar de la iglesia podías sentarte. Las
familias eran dirigidas por el patriarca. En ese entorno era muy difícil ser
mujer.
¿Cuál era el papel de las
curanderas?
Algunas
utilizaban la magia, pero a la mayoría de las que ajusticiaron por brujas no se
las acusó por lo que hacían sino por cómo eran: pobres e incómodas, porque
argumentaban mucho o mostraban mal genio.
¿Quién las acusaba, los vecinos?
En el
caso de Salem, las acusaciones partieron de un grupo de chicas adolescentes. La
primera que cayó en una crisis de brujería fue la hija, de 9 años, del ministro
de la iglesia. Le siguió su prima y la sirvienta de esa casa, de 11 años.
¿Qué significa crisis de brujería?
Lo
interesante es que la descripción de los ataques, salvo episodios epilépticos,
se parece mucho a la rebeldía adolescente: corrían, reían. Por ejemplo, la
sirvienta se levantó durante la misa y le dijo al orador: "Cita el texto
que nos vas a explicar", y cuando él se lo dijo, comentó: "¡Oh, qué
largo!".
Entiendo, las niñas se desmadraron.
En
aquella sociedad, que la sirvienta se atreviera a hacer ese comentario al
hombre de más alto rango era algo tan extremo que sólo se podía atribuir a la
brujería.
¿Y por qué esa rebeldía surgió en
ese preciso momento y lugar?
Salem
no fue el único juicio, pero sí el más importante; entre 1692 y 1693, 150
personas fueron encarceladas, 29 fueron condenadas por brujería, de las cuales
19 fueron ahorcadas, un hombre fue aplastado y cinco murieron en la cárcel. Hay
varias teorías al respecto. Durante un tiempo se pensó que las adolescentes habían
comido un cereal con hongos que les provocó alucinaciones.
¿Descartado?
Sí,
parece que ocurrieron varias cosas simultáneamente: había mucha rabia contenida
entre las familias, y Salem era la última civilización antes de penetrar en el
mundo salvaje. Los ataques de los indios y los franceses eran muy violentos.
Estaban aterrorizados.
Los
historiadores afirman que la población de Salem sufría estrés postraumático. La
única manera de tratar esa tensión fue a través de un juicio contra la brujería.
¿Esas mujeres ejercían la medicina?
No
todas. Las que sí la ejercían eran respetadas, pero no tenían buena reputación,
porque si uno tiene el poder de eliminar un mal, también lo tiene para
provocarlo.
¿Por qué culparon a esas mujeres,
qué relación tenían con las niñas?
Las
adolescentes acusaron a mujeres de mediana edad porque estaban socialmente en
el momento con mayor poder; tenían un hogar y a su cargo había niños,
sirvientes, esclavos y familiares mayores. Y podían solicitar ir a la iglesia,
porque no todos tenían permiso. De entre ellas, las pobres, las que no tenían
hijos, las que las había abandonado el marido o estaban un poco locas eran las
más sospechosas y provocaban miedo.
¿A cuál de los grupos pertenecían
sus antepasadas?
Al difícil
de tratar. Elizabeth Proctor fue acusada junto a su marido, sobrevivió porque
estaba embarazada y aplazaron el juicio hasta el nacimiento del bebé. Cuando
nació ya habían terminado. Elizabeth Howe, acusada por su familia política, fue
ahorcada con otras 18 mujeres y un par de perros.
¿Perros?
Creían
que el animal doméstico era un espíritu. Las brujas tenían la asistencia de
serpientes, pájaros amarillos, perros y gatos.
¿Qué es lo que más le ha
sorprendido de ese episodio macabro?
Sabía
que todas las mujeres quemadas eran inocentes, no esperaba encontrar pruebas de
que la gente realmente creía en la magia. Practicaban una forma de religión tan
extrema que es difícil imaginar cómo convivía con la magia. Ni siquiera permitían
el rito de la Navidad por considerarlo pagano, e iba en contra de la ley
brindar a la salud de alguien porque consideraban que si uno estaba enfermo era
porque Dios lo había decidido, y desear buena salud era contradecir la voluntad
de Dios.
¿Le han quedado ganas de seguir
siendo puritana?
Ja,
ja. No tengo elección, cada cultura tiene sus elementos extraños del pasado, y
podemos aprender mucho mirando la historia.
¿Usted qué ha aprendido?
Lo
interesante al respecto de Salem es que hace que nos enfrentemos a ideas erróneas.
En Estados Unidos nos gusta pensar que somos muy tolerantes, razonables, y que
nos preocupan mucho los individuos débiles de la sociedad, y Salem nos recuerda
que no podemos darlo por hecho.