El dispositivo se implantó a unas 80.000 españolas antes de ser
retirado del mercado en agosto. Más de 1.100 mujeres forman la plataforma de
víctimas en España.
María G. San
Narciso / Madrid / octubre 2017 / El Periódico.
El método anticonceptivo irreversible Essure,
comercializado por la farmacéutica Bayer, llegó a principios de la década de
los 2000 como una alternativa perfecta a la ligadura de trompas.
Consiste en dos muelles que se implantan de forma sencilla para la
obstrucción tubárica. No requiere cirugía y su eficacia se estimaba por
encima del 99%. Quince años después, esta revolución de la contracepción
femenina pasó a ser cuestionada por su seguridad por miles de mujeres que afirmaban haber sufrido síntomas secundarios asociados
al dispositivo. Ahora que ha dejado de comercializarse en Europa, muchas de
ellas se preguntan por qué continúa sin haber un seguimiento controlado de
quienes aún son portadoras.
El
movimiento contra el dispositivo comenzó en las redes sociales. Mujeres de
todo el mundo ponían en común los síntomas que sufrían tras haberse implantado
los muelles: dolores pélvicos, de articulaciones, de cabeza, cansancio,
hinchazón... También sus experiencias violentas con personal sanitario que
rechazaba cualquier tipo de relación entre el método y las dolencias. Muchas
optaron por quitarse los muelles. Algunas perdieron el útero en el
intento.
Caída de ventas
La presión contra el método
continúa en Estados Unidos, el único país donde todavía se implanta. En España,
donde según las estimaciones de la Sociedad Española de Ginecología y
Obstetricia (SEGO) hay unas 80.000 mujeres implantadas con el dispositivo,
la noticia del cese de su comercialización llegó el pasado 8 de agosto. La
Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS) ordenaba
la retirada temporal de su comercialización tras no renovar el producto la
certificación obligatoria.
"Se renueva cada cierto tiempo. En agosto el organismo que se
encarga de ello en Europa nos comunicó que lo suspendía temporalmente porque
necesitaba más información", afirma Bayer. Desde el punto de vista de la
farmacéutica, la documentación que había entregado era suficiente, pero se
le pedía que respondiera a ciertas cuestiones en un plazo de 90 días.
Al final, explica la empresa, después de haberse planteado dejar la
comercialización en varios países, decidieron hacerlo en toda Europa por
la disminución de ventas.
No
facilita la compañía estos datos de comercialización, pero aunque las
afectadas no se lo creen, recalca que no está relacionado con la
seguridad. Afirmación que sostiene la AEMPS, que asegura que hay amplia
evidencia científica que documenta un perfil de seguridad positivo en el
Essure.
Relación dudosa
Facultativos como Covadonga
Álvarez, ginecóloga de la Unidad de Histeroscopia del Hospital Universitario de
la Paz, coinciden. Explica que en dicho hospital se han colocado más de mil
dispositivos, también a personal sanitario, la amplia mayoría con éxito. La
cifra de portadoras que han sufrido síntomas secundarios es de alrededor de 20.
Algunas por tenerlo mal colocado y otras por motivos difícilmente explicables,
dice.
Las usuarias se quejan de
que los médicos siguen sin asociar estos síntomas a la colocación del Essure.
También de que no se les informó de los posibles efectos secundarios, ni se les
preguntó sobre alergias a metales como el níquel que ahora se asocian al
rechazo. Pero los ginecólogos se defienden. "No está del todo
clara la relación. Es difícil que cause alergia por la dosis tan baja que
tiene el dispositivo", explica Álvarez, que asegura que los materiales del
Essure están basados en los mismos que se utilizan en dispositivos utilizados
en órganos como el corazón.
Los síntomas, no
obstante, desaparecen cuando proceden a retirárselo. "Nosotros intentamos racionalizar, siempre que la paciente quiera
quitárselo podrá, pero les aconsejamos basándonos en nuestros datos
científicos", apunta Álvarez. "Su
explantación requiere un procedimiento invasivo que siempre implica un riesgo
por tanto, en ausencia de una sintomatología que deberá valorar el médico con
la paciente, no procede aconsejar la retirada del dispositivo", afirma
la AEMPS.
La
entidad tampoco recomienda modificar las pautas de seguimiento a quienes
lo tienen implantado y remite al protocolo elaborado con la SEGO para
su colocación y retirado. Hasta ahora, a los tres meses de la colocación se
hacía una prueba de imagen para comprobar que estaba bien colocado.
Denuncias
Según explica Carolina Hernández,
una de las administradoras de la plataforma Libres de Essure en España, a
la que pertenecen más de 1.100 afectadas, hay en proceso unas 300
denuncias a Sanidad y se ha llegado al menos a dos acuerdos
extrajudiciales en Andalucía.
El 17 de marzo la
Audiencia Nacional admitía a trámite por primera vez una demanda relacionada
con el dispositivo contra el Ministerio de Sanidad, el Sistema Nacional de
Salud y la AEMPS. El letrado Francisco Almodóvar espera que con ella
"se abrirá un proceso de investigación de la cadena de corresponsabilidad
legal de los agentes que han intervenido en la transmisión de la información y
la actuación de las autoridades y servicios médicos". Hecho que esperan el
resto de las afectadas. Hasta el momento Bayer asegura que no ha recibido
ninguna denuncia.