Peluquera aficionada a la
arqueología reconstruye el peinado de las vestales romanas
Por Alfred López - Cuaderno de
Historias – 16 de Enero de 2013
Entre los múltiples personajes que
habitaban en la época de la Antigua Roma, las vestales eran, sin lugar a dudas,
valiosos elementos dentro de la sociedad, debido a la importante
responsabilidad a la que eran encomendadas: mantener encendida la llama del Templo de Vesta, la diosa
del hogar.
Estas seis jóvenes sacerdotisas,
las cuales eran seleccionadas en la pubertad, se caracterizaban por una serie
de privilegios que les eran otorgados y se encontraban entre las seis mujeres
de mayor importancia de Roma (tras la esposa del emperador). Todo ello a cambio
de consagrar sus vidas a la vital misión de velar por el bienestar de los
ciudadanos romanos, a través de vigilar que el fuego sagrado no se apagase.
Entre los sacrificios que debían
realizar estaba el voto de castidad y conservarse vírgenes a lo
largo de los 30
años en el que una vestal debía dedicar su vida al cometido para el que habían
sido elegidas. Característico también era el peinado con en que recogían su
pelo: media docena de trenzas y que iban de un lado al otro de la cabeza.
Restos del Templo de Vesta |
Janet Stephens, peluquera afincada
en Baltimore y arqueóloga aficionada, ha dedicado los últimos siete años en
investigar los pasos, uno por uno, para la realización de esos peculiares
peinados.
El pasado 4 de enero presentó el
resultado de todos estos años de trabajo e investigación en la reunión anual
celebrada por el Instituto
Arqueológico de América en Seattle entre el 3 y el 6 de ese mismo
mes. Allí, y tras las pertinentes explicaciones, Janet Stephens pudo realizar
una demostración de cómo ha conseguido reconstruir el peinado que lucían las
vestales romanas y cuál era el procedimiento que se utilizaba para realizarlo. Tras
varias sesiones de práctica y utilizando tan sólo elementos que podrían
encontrarse hace dos mil años, explicó cómo se efectuaba cada uno de estos
peinados, que ella ha conseguido llegar a realizarlo en una media de 40
minutos.
Teniendo en cuenta, que en tiempos
de la Antigua Roma,
muy posiblemente cada vestal sería peinada al mismo tiempo por varios esclavos
y que éstos ya tendrían por la mano la elaboración de cada una de las
laboriosas trenzas que adornaban sus cabezas, se calcula que, por aquel entonces,
se necesitaría una media de 10 minutos por sacerdotisa.
El peinado de una virgen vestal
consistía en dividir el pelo de la cabeza en varias partes, realizando una
serie de trenzas que después iban de un lado al otro. Un entretenido trabajo
que es como si se tejiese, pero en lugar de hilos se utiliza pelo. Tras el
trenzado, la cabeza era cubierta por una ínfula (unas cintas entrelazadas
hechas de lana que estéticamente recuerdan a las rastas) de color rojo y
blanco. La roja simbolizaba el compromiso de las vestales en mantener encendido
el fuego sagrado y la blanca representaba su voto de castidad, su pureza y
virginidad. El último elemento que se colocaba sobre sus cabezas era un velo
blanco, llamado sufíbulo,
el cual era utilizado por las sacerdotisas cuando realizaban determinadas
ceremonias o rituales que les eran encomendadas.
En el vídeo de 17 minutos podréis
visionar paso a paso todo el proceso en la recreación del peinado de las
vestales romanas, realizado y comentado por la propia Janet Stephens.
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