Por Marianna Doña Loba
Hablando el otro día con una joven que sufría por el final de un romance breve, le dije que los enamoramientos, así como se tejen, pueden destejerse. De hecho, cualquier mujer que haya incorporado las enseñanzas de su ciclo menstrual, tiene maestría en el arte de destejer.
Hablando el otro día con una joven que sufría por el final de un romance breve, le dije que los enamoramientos, así como se tejen, pueden destejerse. De hecho, cualquier mujer que haya incorporado las enseñanzas de su ciclo menstrual, tiene maestría en el arte de destejer.
¿Destejer el enamoramiento? Suena extraño porque no concebimos
que alguien desee hacerlo. Idealizamos el enamoramiento y lo consideramos un
estado maravilloso que todo el mundo anhela.
Podría hablar de esto desde varios enfoques pero yo, en este
texto, quiero referirme específicamente a su función y sus riesgos para las
mujeres que buscan un compañero de vida con el cual construir una pareja.
Evidentemente el enamoramiento es la primera puerta para el amor
de pareja y, en ese sentido, es un misterio sagrado. Enamorarse es una
experiencia trascendente que nos permite ver la divinidad esencial del otro, su
verdadero potencial. Pero sólo si el enamoramiento es recíproco se abrirán las
puerta de la relación de pareja. Es la ley de este tipo de amor, que sólo da
fruto si ambos lo experimentan a la vez.
¡Estoy enamorada… Yujuuuu!
Estás enamorada… Alguien despierta en ti una chispa que te llama
y te arrastra y te hace sentir muy, pero que muy bien… Pero pese a toda la
ilusión que pueda hacernos, algunas veces nos encontramos con situaciones como éstas:
- Algunas mujeres se enamoran de hombres que no se enamoran de
ellas, y eso las hace sufrir.
- Otras se enamoran de hombres que no quieren pareja, o que ya
la tienen… y también acaban sufriendo.
- Las hay que están enamoradas de hombres que a ellas mismas no
les gustan como persona. Hombres con los que tienen proyectos vitales opuestos,
o con los que están en una permanente tensión que les impide ser espontáneas… y
una vez más, acaban sufriendo.
- Y muchas, muchas otras, suelen enamorarse de hombres que no
son fans de ellas (que es lo que tiene que ser el hombre de una…). Hombres que
no son sus amigos… que no las alaban, ni las admiran… que no les roban un beso
ni las hacen reír… (que es lo que hacen los maridos guays… ¡que sí que existen,
chicas!).
¿Cómo puede ser que el enamoramiento, nos meta en semejantes líos?
¿Sí tanto placer nos da, porque también puede llegar a hacernos tanto daño?
¿Qué es el enamoramiento?
Ya
dijimos antes que el enamoramiento es un milagro que nos permite ver la
divinidad esencial del otro, su verdadero potencial. Es una emoción que puede
abrir la puerta del Amor, que es un sentimiento más grande y profundo que el
enamoramiento.
Sin embargo nuestra cultura idealiza el enamoramiento considerándolo
como el aspecto más importante del Amor y olvidando que, entre otras cosas,
puede que sólo sea un indicador de que tu ADN reacciona ante otro ADN para
avisarte que él y tú podríais tener hijos con una buena mezcla de códigos genéticos.
Neuroquímicamente funciona como una adicción, inundando nuestro
cuerpo con Dopamina y Norepinefrina, que nos vuelven obsesivos y nos ponen eufóricos.
La Dopamina está vinculada al sistema de recompensa que domina a los adictos y
provoca tal necesidad de atraer al objeto de nuestra adicción, que hasta puede
hacernos cambiar de gustos con tal de lograrlo. Al mismo tiempo el
enamoramiento disminuye la Serotonina, el neurotransmisor de la felicidad. Esto
es especialmente importante ya que nos indica que la neuroquímica de la
felicidad (similar a la del amor de pareja estable) es… ¡¡¡completamente
diferente a la del enamoramiento!!! Es más, alucina: ¡la neuroquímica del
enamoramiento es muy parecida a la del odio! Todo esto ya nos va dando pistas
de porqué tan pocos enamoramientos desembocan en una pareja armónica.
Te has enamorado, bien!... ya sabemos que tus feromonas reclaman
su presencia y que te estás volviendo adicta a él, pero la realidad es que prácticamente
acabas de conocerlo, ¿verdad? Las sustancias que sustentan el enamoramiento
durarán un par de años… luego te encontrarás con el tipo real que habita detrás
del velo de Dopamina y Noradrenalina que te inunda. Verlo con objetividad es
difícil en estas circunstancias y, para lograrlo, tendrás que emplearte a
fondo. Te cuento algunas cositas que pueden ayudarte a saber si con este hombre
puedes construir una pareja:
- No te cortes ni un pelo, conversa con él y pregunta con
naturalidad. No hablo de preguntas para controlarlo, del tipo: ¿qué has hecho,
adonde has ido, con quien has estado? Hablo de conversar con él para conocerlo
y preguntar cosas como: ¿Cuáles son tus planes para los próximos años? ¿Cómo
deseas vivir? ¿Quieres tener una pareja estable? ¿Quieres tener hijos? ¿Porqué
te separaste de tu anterior pareja? ¿Tienes amigos? No te preocupes si se
asusta por tus preguntas. Si ocurre, éste no es tu hombre.
- Compórtate con naturalidad, como haces con tus amigos. Muéstrale
quien eres y cuéntale tus proyectos; no tienes porque disimular. Para encontrar
el amor sólo tienes que ser tú misma. Se trata de que te amen a ti tal como
eres, no a una versión mejorada de ti misma; en eso consiste el amor de pareja.
- Pregúntate a ti misma: ¿Quiere (y puede) este hombre tener una
pareja conmigo ahora? Si la respuesta es “NO” corre lo más rápido que puedas en
dirección opuesta a ese individuo. Puede gustarte muchísimo y ser un dios en la
cama, pero si quieres construir una pareja todos los argumentos del tipo “lo que pasa es que él tiene miedo del amor”
y otras pamplinas, para lo único que sirven es para tener la certeza de que ese
no es tu hombre. No se puede construir nada con alguien que tiene miedo al
amor, no pierdas el tiempo a su lado salvo que quieras ser su terapeuta… ¡nadie
quiere estar en pareja con su terapeuta!
Y si llegas a la conclusión de que éste no es tu chico… desteje
el enamoramiento. Aunque estés loquita por él, puedes dejar de estarlo si lo
decides. Cuanto antes lo hagas más fácil será.
Destejer el enamoramiento
Ahora que sabes que te encuentras en una situación adictiva que
no está al servicio de tus anhelos profundos, el primer paso es decidir salir
de ella, ya que ninguna adicta se aleja espontáneamente de aquello a lo que está
enganchada.
Elige destejer el enamoramiento y aférrate a esa decisión con
todas tus fuerzas, en ella reside el principio de tu sanación. Ten claro que
esa decisión significa RENUNCIAR DEFINITIVAMENTE a ese hombre, y esto cuesta
porque tenemos tanto apego a lo que nos engancha, como poco compromiso con
nuestra propia felicidad.
El segundo paso es dejar de verlo, sino no lograrás
desengancharte. Despídete de él, explícale lo que vas a hacer y dile que no
puedes ser su amiga (no, no puedes ser su amiga vale?). Pídele que no te llame,
borra su número de tu teléfono para evitar tentaciones y, si te sigue llamando
o enviando mensajes, bloquéalo en tu teléfono y en tu correo electrónico. Sé
implacable y no titubees en estos pasos. Pide a tus amistades que no te lo
mencionen y quita de tu casa todo lo que te recuerde el vínculo. Reza pidiendo
ayuda para borrar su recuerdo.
Para segregar Serotonina mantente ocupada, distraída y centrada
en actividades que se te den bien. Lee novelas que te entusiasmen y te
entretengan. Camina, corre o danza una hora cada día para segregar endorfinas.
Toma el sol, que te ayudará a superar el mono. Aliméntate bien y no comas azúcar
ni harinas refinadas que aumentan la adicción. Ponte guapa con frecuencia como
si tuvieras una cita, aunque sólo sea para ir a trabajar, verás que bien te
sienta. Todo esto practicado diariamente reforzará tu autoestima y propiciará
un estado ligero y alegre.
Ritual menstrual para destejer
Nuestro ciclo sexual menstrual es una gran escuela para aprender
y experimentar la lección de la impermanencia de todos los fenómenos, incluido
el enamoramiento.
Déjate guiar por el ciclo de tu sangre y pide a tu esencia que,
cuando desprenda tu endometrio antes de tu próxima menstruación, junto con él
desteja de tus entrañas ese apego al que el enamoramiento te ha hecho adicta.
Habla con tu sangre y pídele que arrastre fuera de tu cuerpo esa adicción.
Recoge en algodón orgánico toda la sangre que puedas de esa
menstruación y entiérrala en la naturaleza como ofrenda a la Tierra para que te
ayude a encontrar a tu compañero de vida.
Marcha del lugar sin mirar atrás y mantente abierta al inicio de
un nuevo ciclo vital. No hables con nadie del ritual, ya que el secreto
fortalecerá su poder.
Encuentro de Enseñanzas para
mujeres
sobre el Arte de estar en pareja
Con
Marianna Doña Loba.
Madrid,
7 y 8 de Mayo de 2016